aceptó la ofrenda de Caín.
"Por la fe en esta expiación o plan de redención,
Abel ofreció a Dios un sacrificio aceptable de las
primicias del rebaño. Caín ofreció del fruto de la tierra,
y no fue aceptado porque no pudo hacerlo con
fe; no pudo haber tenido fe, o mejor dicho, no podía
ejercer una fe que se opusiera al plan celestial . La
expiación a favor del hombre debe ser el derramamiento
de la sangre del Unigénito, porque así lo
disponía el plan de redención; y sin el derramamiento
de sangre no hay remisión; y en vista de que se
instituyó el sacrificio como tipo o modelo mediante el
cual el hombre habría de discernir el gran Sacrificio
que Dios había preparado, era imposible ejercer la fe
en un sacrificio contrario, porque la redención no
se logró de esa manera, ni se instituyó el poder de la
expiación según ese orden . Por consiguiente, Caín
no pudo haber tenido fe, y lo que no se hace por la fe
es pecado. Pero Abel ofreció un sacrificio aceptable mediante
el cual recibió testimonio de que era justo, y
Dios mismo le testificó de sus dones. Ciertamente,
por verter la sangre de un animal nadie se beneficiaría,
a menos que se hiciese para imitar, o como
tipo o explicación de lo que se iba a ofrecer por medio
del don de Dios mismo; y esto debería hacerse mirando
hacia lo porvenir, con fe en el poder de ese
gran Sacrificio para la remisión de los pecados."
Aun después de esa ofrenda inaceptable, el Señor
no rechazó a Caín, sino que le previno que andaba
por un camino peligroso. Después de rechazar
el consej o de Dios, Caín se rebeló completamente
y Moisés dice que "Caín se enojó, y no esclavó
más la voz del Señor" (Moisés 5:26).
El versículo 7 de Génesis 4 no es muy claro,
pero en el relato de Moisés se explica que el Señor le
avisó a Caín que si no se arrepentía, llegaría a enseñorearse
de Satanás. Además, el relato de Moisés,
siendo más completo, dice que Caín no fue inmediatamente
a los campos a matar a Abel. Luego de rechazar
al Señor, Caín comenzó a comunicarse directamente
con Satanás, el cual le sugirió la forma de
matar a Abel (Moisés 5:28-31). Paso a paso
Satanás se las ingenió para provocar la caída total de
Caín hasta que lo hizo llegar al punto de vanagloriarse
"de su iniquidad" (Moisés 5:31). Fue entonces
que mató a su hermano.
Génesis 4:9. ¿Soy yo el guarda de mi hermano?
de que todos tenemos la responsabilidad de cuidar
a nuestros semejantes y de amarlos. No existe la menor
duda de que así es y las Escrituras lo corroboran,
pero ¿es eso lo que implicó Caín? Con una hipocresía
característica de Satanás, la pregunta de
Caín le dio un doble sentido al verdadero principio.
Con excepción de la custodia que le otorga la ley a
ciertas personas sobre los hijos pequeños, nadie tiene
el derecho de ser un guardia de sus semejantes,
hasta el punto de dominarlos o controlar su vida. Sin
embargo, el que Caín implicara que a él no tenía
por qué importarle lo que le pasaba a su hermano,
era burlarse de los principios del evangelio que enseñan
el interés y el amor por nuestros semejantes.
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