sábado, 9 de junio de 2012

Génesis 27:1-40. Jacob obtiene de Esaú la primogenitura

El relato de cómo Jacob obtuvo la bendición de primogenitura
de manos de Isaac con ayuda de su madre
presenta dificultad en muchos aspectos. Por lo general,
los estudiosos de la Biblia que no tienen
acceso a las Escrituras modernas llegan a una de las
dos conclusiones siguientes: o recalcan la indignidad
de Esaú para recibir la primogenitura y así justifican
el engaño, o critican la naturaleza engañosa y
astuta de Jacob.
Un conocimiento más completo de los principios
del evangelio, sin embargo, puede hacernos ver otros
aspectos que deben considerarse. ¿Puede una persona
engañar a un patriarca y obtener una bendición
que corresponde a otro? ¿Era Jacob realmente engañoso
y astuto? ¿Favorecía Isaac ciegamente a algunos
de sus hijos? ¿Puede una persona actuar en forma
fraudulenta y al mismo tiempo obtener una bendición
patriarcal válida? Deben considerarse detenidamente
los siguientes puntos:

1. Rebeca supo, mediante revelación personal,
que Jacob iba a ser el hijo del convenio (Génesis
25:22-23). Jacob aceptó de mala gana cumplir con
los deseos de su madre después que ella le dijo que
tomaría la responsabilidad por lo que iban a hacer.
2. Aunque los primeros patriarcas y sus esposas
eran personas rectas y llenas de grandeza, y finalmente
fueron glorificados y lograron la perfección este hecho no significa que
fueran perfectos en todo aspecto mientras estuvieron
en la tierra. Si la historia es correcta tal como se encuentra
en Génesis, Isaac tal vez fue falto de perspicacia
al favorecer a Esaú, o tal vez Rebeca haya tenido
poca fe en que el Señor le haría saber a su esposo la
voluntad divina, y, por lo tanto, emprendió un
plan propio para asegurar que las bendiciones prometidas
fueran dadas al hijo correspondiente. Estas
debilidades no desmerecen en nada la grandeza de
Isaac y Rebeca ni su perfección final.
3. Cualquiera que sea la explicación de las circunstancias
que rodearon esta bendición, hay una cosa
bien clara: los poseedores del sacerdocio reciben las
llaves para atar y desatar en la tierra, y esa acción es
revalidada en los cielos (Mateo 16:19). Cuando
Isaac se enteró del engaño, pudo haber revocado la
bendición y pudo habérsela dado a Esaú. En cambio
le dijo a Esaú: "Y serás bendito" (Génesis 27:33).
Luego, cuando Jacob se estaba preparando para irse a
Padam-aram a fin de escapar de la ira de Esaú,
Isaac claramente le dio la bendición de Abraham
(Génesis 28:3-4), prueba adicional de que Jacob
recibió la bendición reservada para él y que Isaac
la confirmó. Por lo tanto, si el relato de Génesis es
correcto tal como ahora lo tenemos, Jacob, como otros
patriarcas, recibió un llamamiento y una promesa
de que obtendría bendiciones por motivo de su potencial
y a pesar de sus debilidades. Como cualquier
otra persona, tuvo que vivir dignamente a fin
de obtener las bendiciones prometidas.

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